Los préstamos rápidos están confeccionados para unos momentos muy puntuales, en donde los usuarios bancarios necesitan urgentemente de la liquidez necesaria para afrontar los pagos más próximos, y que por tanto, requieren una mayor agilización en el proceso de concesión. Ante esta necesidad que presentan algunos clientes, los bancos han decidido desarrollar unas vías de financiación que aporten estas particularidades, y se inclinan por conceder cantidades no excesivamente elevadas, de hasta 15.000 euros aproximadamente. Pero a cambio de exigir unos tipos de interés más exigentes, por encima de otras vías de financiación, ya que pueden llegar hasta el 15%.
Se comercializan bajo unos criterios comerciales bien definidos, en donde los plazos de amortización no son excesivamente elevados, en torno a 5 años como período límite. Y que en cualquier caso, están englobados dentro de lo que son los créditos personales o para el consumo. Eso sí, sus demandantes puede acceder a ellos más rápidamente, a los pocos días desde su solicitud, y pueden retirarlos incluso desde los cajeros automáticos para disponer de los fondos con mayor premura.
Otra característica que aportan estos créditos es que, aparte de ser concedidos instantáneamente, los trámites son menores, y están abiertos a todos los perfiles de clientes, desde los más jóvenes hasta los pensionistas, pasando por segmentos sociales. No requieren de requisitos especiales para su concesión, valiendo las últimas nóminas o la declaración de la renta más reciente, para que de esta forma reciban su adelanto monetario para afrontar cualquier gasto imprevisto que pudiesen desarrollar en alguna etapa de su vida: pago a acreedores, viajes vacacionales con su familia o sencillamente una compra no prevista en su presupuesto.
Además, en ningún caso será necesario contratar otros productos bancarios con la entidad para acogerse a ellos, ni tampoco la domiciliación de la nómina o pensión. También es muy habitual en estos productos para la financiación que estén comercializados bajo alguna comisión (preferentemente la de compensación por reembolso anticipado) que pueden encarecer la operación en casi un 1%. Y finalmente, están disponibles en la oferta actual de muchas de las entidades que han decidido apostar por ellos ante la demanda de sus clientes.