Si lo que desean los usuarios es pedir un préstamo de pequeña cuantía, no es necesario que se personen en su banco. Las entidades de crédito no bancarias han decidido especializarse en este nicho de mercado tan concreto, ofreciendo a sus demandantes importes desde 100 a 2.000 euros. Se conceden muy rápidamente, en no menos de 2 o 3 días, y para acceder a ellos solamente hay que aportar una nómina o ingresos regulares, y en su defecto la titularidad de unos bienes personales (vivienda, coche…) que respondan a su concesión.
No obstante, los tipos de interés que aplican – y por lo general – son más exigentes que los generados por los bancos, estando comercializados en muchas de las ocasiones por encima del 15%, lo que incide en una mayor esfuerzo para devolverlos. Y también con unos plazos para amortizarlos muy reducidos, pero que están en consonancia con los importes ofertados.
Su contratación muchas veces se puede solicitar en formato online, en la que a los pocos minutos los usuarios sabrán si le ha sido o no concedido el préstamo. No en vano, la comodidad es una de las características de estos pequeños préstamos. Que en cualquier caso, servirán tanto para afrontar un pequeño gasto de su economía doméstica, como para sufragar sus vacaciones, la compra de una moto para su hijo o cualquier capricho personal.
Para evitar cualquier incidencia en su tramitación será necesario, que previamente a su demanda se sepa realmente el coste real de esta vía de financiación tan pequeña, no solamente por los intereses aplicados, sino también por sus comisiones y otros gastos de administración. Y especialmente por la de demora en los pagos que pueden elevarse notablemente. Una vez anotados, será el momento definitivo de dilucidar si les merece o no la pena contratarlos. O si por el contario será mejor decantarse por otra fuente de financiación alternativa, como por ejemplo, canalizarlo a través de un familiar, o sencillamente como adelanto en la nómina por parte de su banco.