Una de las actividades favoritas de los jóvenes es salir al extranjero. Pero no en todas las ocasiones es para pasar unos días junto a sus amigos. Muchas de las veces se debe a obligaciones académicas, intercambios culturales, o sencillamente para realizar su viaje de estudios.
Necesitarán de un importante desembolso monetario, ya que tendrán que pagar los transportes, estancias, manutención y los gastos que realizan en estos viajes. Probablemente las aportaciones vendrán directamente de sus padres (o de otros familiares). Pero de no ser así, no tendrán más remedio que solicitar un préstamo que cumpla con esta finalidad.
Su demanda se hará a través de los préstamos habilitados para esta actividad, y que son comercializados por buena parte de las entidades financieras. Se trata de unas vías de financiación que cuentan con un tipo de interés más competitivo, y que sitúa en un margen que oscila entre el 6% y 8%. Y en cualquier caso, por debajo del concertado para otra clase préstamos.
Disponen de una línea de crédito de hasta 15.000 euros, y con un plazo de amortización bastante flexible, pero que raramente supera los 5 años. No obstante, una de sus principales aportaciones es que estos productos presentan un período de carencia que suele alcanzar los 12 meses, y que ayuda a sus demandantes a pagar su deuda.
Otra ventaja en su concesión, que es casi nunca se aplica ningún tipo de comisión, y tan solo en modelos muy puntuales hay que abonar en torno al 1% por las de apertura. Al tratarse de un producto muy competitivo, hay mucho margen de mejora, al desarrollarse diferentes modelos en los que existen muchas aportaciones. Y que solamente faltará encontrar aquel préstamo que mejor se adapte a las necesidades de sus solicitantes.
Y en cualquier caso, estamos hablando de una de las ofertas más prolíficas por parte de las entidades bancarias, que incluso lo desarrollan a través de los departamentos creados para los clientes entre 18 y 25 años.