Micropréstamos de 200 euros

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Si los clientes acuden a su banco a formalizar un préstamo de 200 o 300 euros, probablemente les sea rechazada su petición. Las entidades financieras no se manejan bajo estos márgenes tan estrechos, en los que los beneficios son muy escasos y no compensa la formalización de este proceso.

Desde esta perspectiva, los usuarios bancarios no tendrán más remedio que acudir a una de las entidades prestamistas que se encargan de comercializar los micropréstamos. Son muchas las habilitadas a través de la geografía española, y casi todas regidas por similares estrategias en las condiciones de contratación.

Se encargan de facilitar a sus clientes cantidades muy pequeñas, entre 50 y 300 euros aproximadamente, y que son demandadas con urgencia por los particulares, que necesitan sus importes para pagar un servicio, sus obligaciones fiscales, a proveedores o cualquier gasto no previsto en sus presupuestos.

Verán como a través de este modelo de financiación es la única alternativa para satisfacer sus necesidades, de forma inmediata y con menores trámites administrativos. No obstante, sus condiciones serán mucho más duras, incluso en algunos cados demasiado exigentes, que hace que los demandantes busquen otras alternativas.

Suelen aplicar unos tipos de interés muy elevado, que en la mayoría de las ocasiones rebasan ampliamente la barrera del 15%, sea cual fuese la cantidad demandada. Y con unos plazos de amortización muy limitados, ya que requieren una devolución muy rápida, en no más de 1 o 2 meses, ya que conllevan penalizaciones muy rígidas, en las que los usuarios de estos productos tendrán que pagar más de la cuenta.

No obstante, no será necesario la aportación de muchos documentos para acceder a estos productos, ni tan siquiera demostrar una nómina, pensión o ingresos regulares. Asimismo, su formalización es más rápida, ya que en pocas horas tendrán la cantidad demandada en su cuenta corriente, claro está si aprueban la solicitud.

Desde esta perspectiva, se trata de un diseñó que está destinado para situaciones muy especiales, y en las que no puede acudirse a otras fuentes de financiación más convencionales.