¡No más entidades sistémicas!

Camara de seguridad de un banco

Desde el comienzo de la crisis, el Banco de España junto con el gobierno de turno han intentado solucionar los problemas de solvencia de las entidades mediante fusiones bancarias. El objetivo de estas uniones era doble: el primero, diluir los balances de los bancos con problemas en los balances bancos solventes; el segundo, crear entidades lo suficientemente grandes que les permita poder acceder los mercados de capitales, aun en los momentos en los que existe una fuerte restricción de crédito.

El mayor riesgo generado por el enorme tamaño de estas entidades denominadas sistémicas, o como las denominan los anglosajones too big to fail, pretende ser reducido mediante un incremento en la regulación, aunque como se ha visto en el pasado existen compañías con suficiente creatividad contable para eludir los nuevos controles, como por ejemplo Lehman Brothers o Enron.

El problema de las fusiones de las entidades españolas es que se ha llevado a cabo con criterios políticos y no con criterios financieros. Bankia, Unnim o Novagalicia Banco son tres ejemplos de fusiones fracasadas por la politización de sus fusiones.

La fusión de entidades tiene sentido cuando la entidad compradora tiene una gran solvencia, ya que así puede soportar el balance deficitario de la entidad comprada, obteniéndose un beneficio adicional por las posibles sinergias entre ambas compañías. Las fusión por criterios políticos únicamente nos deja la propina del beneficio de las sinergias.

El principal problema del sector financiero es que su modelo de negocio se basa en un alto nivel de apalancamiento, es decir, que necesitan financiar los préstamos e hipotecas con deuda, manteniendo un nivel muy bajo de recursos propios. Si comparamos el sector financiero con otros sectores como el eléctrico, vemos que su apalancamiento es cinco veces superior -definimos el apalancamiento como el ratio de recursos propios entre el total de activos-.

Sector

Apalancamiento Medio

Financiero

6,5%

Eléctrico

33%

Los altos niveles de apalancamiento de las entidades generan una gran inestabilidad, ya que ante la ocurrencia de un suceso extraño o cisne negro que deteriore los activos, por ejemplo, en un 4%, el banco supuestamente solvente se convierte en un agujero negro. Este problema tiene solución en entidades pequeñas o medianas mediante la intervención del estado, pero cuando hablamos de entidades sistémicas, aquellas que cuentan con más de 300.000 millones de euros, la solución se complica, ya que el estado no dispone de recursos suficientes para solventar el problema y pone en riesgo la economía nacional e incluso la mundial. Esta lección ha quedado claramente demostrada con Bankia, en donde el estado ha requerido la ayuda de Europa para solucionar el problema.

El grave riesgo de concentración que está surgiendo en el sector financiero español debe de ser solucionado en el menor plazo posible, para ello, una vez saneadas todas las entidades el gobierno debería tomar dos medidas:

1) Forzar una reducción de tamaño de aquellas entidades que tienen grandes concentraciones de riesgo

2) Favorecer la internacionalización de estas entidades para diluir el riesgo de sus balances

Con estas dos medidas se aseguraría la estabilidad financiera de las entidades y del país.

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