Nadie duda que la concesión de un crédito se trata de un proceso, a veces muy complejo, que no en todas las ocasiones termina felizmente con su concesión. Pero si el demandante tiene su nómina domiciliada en su cuenta, seguramente que habrá ganado muchos enteros para cambiar la tendencia en esta decisión. Es más, dispondrá de varias alternativas para el banco le conceda la vía de financiación requerida, en función de sus necesidades y capacidad para endeudarse.
Una de ellas es a través de los créditos preferentes, al que tendrá derecho a través de algunas cuentas nómina que comercializan algunos bancos. Permite acceder a una cantidad no excesivamente elevada, entre 1.000 y 10.000 euros aproximadamente, con la interesante aportación que tendrá que desembolsar un tipo de interés menos exigente, en torno a un punto porcentual sobre su propuesta inicial.
No obstante, le quedarán otras alternativas, nada desdeñables. Y una de las más favorables para sus intereses será la de pedir una o varias mensualidades de su nómina como anticipo, que están contempladas también en esta clase cuentas. Su principal aportación es que se generará sin intereses, y probablemente sin comisiones, con lo que su nivel de endeudamiento no se verá afectado por su concesión. Y con un plazo de amortización muy corta para su devolución, en torno a 2 o años, dependiendo de la aportación solicitada.
Y en tercer lugar, una opción muy factible para los clientes que hayan suscrito una cuenta con la domiciliación de la nómina. Que no es otra que demandar un anticipo de su sueldo, con 1 o 2 semanas antes de los plazos con que su empresa se encarga de pasarle el salario por su trabajo. Este modelo, por otra parte, sirve para afrontar problemas puntuales de liquidez en la cuenta de los demandantes, para pagar la factura de su dentista, el colegio de los niños o cualquier otro gasto imprevisto que puede surgir en cualquier momento. Y con la ventaja también, que no contemplara ningún tipo de interés ni comisiones, para que pueda ser devuelto en pocos meses.